Akella algodonera tan famosa ke tuvimos una epoka en Andoain ya pasó a la historia
en el rekuerdo siempre estará los logros sociales y laborales ke se konsiguieron en
akellos tiempos,sobretodo las mujeres pioneras en la lucha por alcanzar la igualdad el empleo digno y la remuneración justa.Hace unos años se les homenajeó a unas kuantas de ellas y se kolokó el nombre de Algodonerako emakumeak a una kalle en el
pueblo.Os dejo kon unas fotos,datos,etz
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«Qué pena que mi padre no haya podido vivir este día». Con estas palabras, Mari Carmen Oyarzabal recordaba a su padre, el cochero de la factoría textil La Algodonera Guipuzcoana, una empresa que fue motor de la economía andoaindarra desde 1857 hasta 1965, cuando cerró sus puertas. Las trabajadoras de esta fábrica recibieron ayer un emotivo homenaje del Ayuntamiento de Andoain, la Diputación de Gipuzkoa y la asociación comarcal Larramendi Bazkuna.
A las 12 del mediodía, un grupo de 55 de las 300 trabajadoras que llegó a tener esta empresa se reunió en la plaza que lleva ahora su nombre: Algodonerako Emakumeen Plaza. Antaño fue un jardín por el que correteaban sus hijos, ya que La Algodonera ofrecía un servicio de guardería.
Al frente de este jardín de infancia se encontraba María Dolores Idigoras Etxebeste, entonces una niña de 14 años que, junto a otra compañera y dos monjas, se encargaba de cuidar a los hijos de las trabajadoras. María Dolores guarda «bonitos recuerdos» de aquella época. «A las ocho de la mañana nos dejaban a los niños. Nos encargábamos de cuidarles y darles el biberón o la papilla, y dejarlos dormiditos hasta las 11 de la mañana. Se los entregábamos a sus madres a las 12. Había niños de distintas edades, desde seis semanas hasta 7 años. Llegamos a cuidar hasta 40 pequeños».
Su hermana Mari Carmen fue también trabajadora de esta factoría. Empezó con 14 años como canilladora y en poco tiempo pasó a los telares. «Eran unas telas preciosas, yo hice cantidad de ellas. Recuerdo que cuando llegaba alguna muestra diferente, siempre me ponían a mí en los telares, porque tenía mucha mano». Mari Carmen estuvo en La Algodonera 11 años, y dejó su trabajo al casarse. Ayer reconocía la labor pionera de estas mujeres en la incorporación femenina al mundo laboral. En sus manos sostenía el diploma que la acreditaba como trabajadora de La Algodonera y «sucesora de aquellas pioneras que en pleno siglo XIX, en los albores de la industrialización guipuzcoana, abrieron camino a la mujer al mercado de trabajo moderno en condiciones muy duras». Junto al diploma, una medalla que reza: Algodonerako emakumea naiz, (Soy mujer de La Algodonera).
Los empleados trabajaban por aquel entonces hasta catorce horas diarias. Las condiciones laborales, aunque duras para todos, no eran iguales para hombres y mujeres. Ellas se hacían cargo de los trabajos que requerían menor esfuerzo físico.
Las más jóvenes ocupaban labores de ayudantas y se encargaban de repartir las canillas en la hilandería y los telares. El sueldo que cobraban unos y otras no era igual. Se trabajaba a destajo, existía el sistema de primas y la nómina de ellas era más baja que la de sus compañeros masculinos. Los puestos que requerían autoridad quedaban reservados para ellos.
«No protestábamos»
Adelaida Ruiz de Larrinaga, agarrada del brazo de sus compañeras Leoncia Alustiza y Juanita Truchuelo, recuerda que entonces «andábamos callando, no protestábamos por nada». Trabajó durante doce años en el retorcido del hilo, y recibió el homenaje con satisfacción. «Ha sido una gran sorpresa». En estos mismos términos se expresaba Leoncia.
Entre las más jóvenes, Mari Carmen Oyarzabal, hija del cochero de la factoría, y María Isabel Etxaniz. La primera trabajó desde los 14 a los 18 años, y es una de las más jóvenes que quedan de aquellas empleadas. En su opinión el homenaje fue emocionante, aunque «tenían que haber incluido también a los hombres que trabajaban con nosotras. Estoy acordándome de mi padre, de su trabajo como cochero». Su amiga María Isabel Etxaniz habla de la labor de su madre, Encarna Alkain, ya fallecida. «Después de dejarnos en la guardería comenzaba su trabajo. Llegó a llevar ella sola hasta 12 telares».
Dos placas recuerdan ahora a las generaciones más jóvenes el trabajo de estas mujeres que, como señalaba el alcalde de Andoain, José Antonio Pérez Gabarain, fueron «pioneras, en nuestro municipio y en la provincia, en incorporarse al nuevo mercado laboral que estableció la industrialización en Gipuzkoa, abrieron la senda del acceso al moderno mercado de trabajo». La diputada foral para los Derechos Humanos, el Empleo y la Inserción Social, Mari Carmen Marín, recordó que estas mujeres «sin ser conscientes de ello, fueron pioneras en la lucha por la igualdad».
Te has superado, muy buena entrada. Lo único una cosa de cuando se hizo el homenaje??
ResponderEliminarTe lo podria buscar pero la entrada me ha agotado ,en serio,me ha costado la oxtia ,Busca en google algodonerako emakumeak en imagenes y vienen unas paginas kreo del Aiurri,tambien hay algun pdf por ahí
ResponderEliminarte lo miraría pero es ke he akabau agotau,si no lo miro mañana y lo pongo ,bueno ke paso de ordenata por hoy,encima le he estau buskando unas kosas a VOMITO y me he tirado toda la puta tarde pilladisimo,Vale por hoy!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Ya lo he pillau, Marzo de 2007, descansa las neuronas!!!
ResponderEliminarAh! Vale! Avisar que las referencias temporales no son actuales,porque me estaba volviendo mico.
ResponderEliminarPor cierto, eso estaba en etxeberrietas,no?
Eso estaba desde etxeberrietas hasta karrika,kreo Ya en karrika había un eskeleto de hormigon en ruinas donde ahora hay un kantxa de baloncesto y frontones etc
ResponderEliminarke le llamaban la algodonera ,no habia mas ke ratas y txutas y lo tiraron,kreo ke era el último resto de akello.
Ibaia nondik padatzen zen, argazkirik ba al dago?
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